Un experimento imperfecto, pero revelador.

Cualquiera que alguna vez se haya preguntado lo fácil que lo tienen los creadores de contenido en streaming —normalmente solo sentarse y entretener a una audiencia en vivo hablando y/o jugando a videojuegos— probablemente al menos una vez haya pensado en hacer lo mismo.
Por desgracia, como algunos de nosotros hemos comprobado, la fracción de streamers realmente exitosos es ínfima, pero ¿es solo porque unos pocos tienen la suerte de ser bendecidos por los algoritmos de recomendación, o porque solo unos pocos son lo bastante carismáticos como para resultar entretenidos a largo plazo?
Para encontrar la respuesta a esta pregunta, la estrella de Twitch y YouTube, Ludwig, se propuso poner a prueba si podía replicar su éxito empezando desde cero.
Experiencia y éxito
Ludwig Ahgren ya se había hecho un nombre al convertirse en el canal con más suscripciones de Twitch en 2021, hasta que más tarde trasladó su contenido a YouTube durante un tiempo debido a los —por entonces— restrictivos contratos de exclusividad para streamers asociados en Twitch. Retomaría sus actividades en la plataforma en 2024.
Dada su trayectoria como competidor y moderador de eventos de esports, Ludwig tiene sin duda un nivel de destreza por encima de la media a la hora de presentar y jugar de una forma que hace que ver videojuegos resulte atractivo para una audiencia amplia.
Así que, según él mismo cuenta, cuando un fan le preguntó si sería capaz de construir una base de espectadores leales de tamaño similar si tuviera que empezar de nuevo, el streamer respondió inicialmente con mucha confianza… hasta que le recordaron que toda interacción con fans y habilidades de moderación no sirven de nada si aún no tienes a nadie viéndote; lo que le llevó a iniciar el experimento.
Dedicación y motivación
Tal y como detalla en su video «I Made a Secret Channel to Answer This Question», subido a YouTube el 29 de agosto de 2025, empezó creando un canal completamente nuevo llamado retiredathlete31 y simplemente fingiendo que había gente viéndolo, comentando como de costumbre. Sin embargo, pronto, tras horas de streaming sin atraer a nuevos espectadores reales, Ludwig se desesperó.
Al reconocer lo difícil que era mantenerse entretenido y motivado sin mensajes de chat con los que interactuar —perdiéndose en un mar de streamers más grandes—, expresó que entendía por qué la gente puede recurrir a tácticas cuestionables como el viewbotting o el clickbait. Finalmente, él mismo intentó lo segundo sugiriendo falsamente un sorteo (algo que sí ha hecho de verdad en el pasado) en el título de su directo, una táctica que por fin le consiguió su primer miembro activo de chat.
El usuario llamado BadPlayerHS, reconociendo al instante a Ludwig, procedió a avisar a su amigo OSCAR89110 (él mismo un streamer más pequeño). Sintonizando el directo de Oscar, Ludwig realizó luego una breve entrevista, preguntando qué motivaba al incipiente influencer a dedicar tanto tiempo y energía a un hobby que —para tanta gente— ofrece pocas o ninguna recompensa. Su respuesta: «Porque simplemente me encantan los videojuegos.»
Realización y modestia
Tras concluir el experimento, Ludwig lo describió como «una experiencia verdaderamente reveladora», reconociendo lo difícil y desmoralizante que puede ser intentar construir una audiencia más grande en los entornos actuales de redes sociales. Según él, depender de ayuda externa como familia y amigos es casi obligatorio.
«Quise dejar de hacer streaming tantas veces… […] ¡Haz lo que sea necesario para mantener a una persona mirando! Porque la diferencia entre ser un streamer de un espectador y de cero espectadores es astronómica.»
Los comentaristas en YouTube se apresuraron a señalar que incluso su pequeño éxito de dos miembros del chat después de cinco horas de streaming seguiría siendo algo que no habría logrado si realmente hubiera “empezado desde cero”, dado que BadPlayerHS probablemente se habría ido al darse cuenta de que no había ningún sorteo real si no hubiera reconocido al ya popular influencer:
«Quizá usar una superposición de rostro o sin cámara con un modulador de voz sería una manera aún mejor de probarlo para que la gente no te reconozca al instante […]. Los días de hacer directos de 15 horas para crecer han quedado atrás. Ahora todo va de networking y diversificar el contenido.»
Pero ¿tú qué piensas? ¿Demuestra el experimento de Ludwig que convertirse en un influencer de éxito es realmente solo cuestión de timing y suerte? ¿O puedes ganar seguidores si simplemente usas las estrategias adecuadas? ¡Cuéntanos en los comentarios!
El artículo original fue escrito por Adrian Gerlach.