The Legend of Zelda: Twilight Princess cumple casi 20 años. Sin embargo, el juego no ha perdido nada de su encanto original.
Twilight Princess hizo su debut en noviembre de 2006, justo antes de Navidad. Ya tenía algunas consolas portátiles, pero en mi casa no existía nada más allá de eso. Hasta esa fatídica Navidad en la que mi padre trajo la primera consola a nuestro living: la Wii. Había comprado dos juegos, y uno de ellos era The Legend of Zelda: Twilight Princess.
Cuando inicié el juego por primera vez y vi, para mí en ese entonces, la secuencia inicial más impresionante de todos los tiempos, sentí como si se hubiera abierto una puerta hacia un mundo nuevo.
El Hyrule oscuro
Aún puedo imaginar vívidamente a Link y Epona galopando por un paisaje de acantilados, acompañados por el aullido de un lobo: pura piel de gallina. De niño, sin tener idea de quiénes eran Link o Zelda, ese menú principal por sí solo me dejó con ganas de más, ¡mucho más!
Esta fue la introducción a una franquicia que me acompaña hasta hoy. Todo el tema del juego y su atmósfera oscura que te rodea constantemente, el cambio entre el mundo de la luz y el mundo de las sombras… nunca había experimentado nada parecido en un juego. ¿El puro pánico de niño cuando corres por el bosque oscuro como lobo para llenar la barra de lágrimas a la derecha, sudando cada vez que aparecían las bestias sombrías? Terror absoluto, y aun así quería más.
El juego implementa el cambio entre distintos estilos de juego con tanta maestría que no es de extrañar lo rápido que Twilight Princess te atrapa y nunca te suelta. En un momento eres el héroe radiante elegido para salvar el mundo (y por supuesto, a Zelda), y al siguiente eres un lobo que asusta a la gente o es echado de sus hogares.
En este juego, Midna me acompañó. En mi opinión, es una de las mejores guías y compañeras de todos los juegos de Zelda. Tiene una personalidad que la hace increíblemente adorable y, al mismo tiempo, un tanto sospechosa. Con su toque ligero de sarcasmo y el gran misterio que la rodea durante mucho tiempo, su historia está increíblemente bien escrita.
La vida idílica se convierte en aventura
Ya dice mucho que ciertas escenas de un juego permanezcan tan vívidas en tu memoria. El juego empieza de manera bellamente tranquila. La vida en el pequeño pueblo de Ordon es perfecta. Arreamos las cabras como cualquier otro día. Lo más alocado que sucede es que Ilya secuestra a nuestro caballo Epona, todavía recuerdo lo molesto que estaba con esa mujer...
Al principio, solo hay una serie de tareas pequeñas que sirven como excelente introducción al juego. Cuando finalmente me permiten llevarme a Epona nuevamente para entregar una espada al Castillo de Hyrule, comienza para mí el giro argumental del siglo: Ilya y los niños del pueblo son secuestrados por el malvado Rey Bulblin después de que Link queda inconsciente.
La música todavía consigue ponerme nervioso en exactamente esta situación. Sigues las huellas y llegas a un portal oscuro. Como un pequeño dato aparte, Twilight Princess fue el primer juego que me presentó el concepto de jump scares cuando una mano te arrastra hacia adentro, y luego llega otro shock que tuve que soportar de niño: nos transformamos en lobo y somos llevados al Castillo de Hyrule como prisioneros… porque perdimos la conciencia… otra vez… Pensándolo bien, Link se desmaya bastante a menudo al comienzo del juego.
Calabozos emocionantes y jefes espectaculares
No importa lo molesto que fuera para mí el primer calabozo en el Bosque de Farone, podría jugarlo 50 veces más. Los acertijos y los monos pueden llevarte a la desesperación a veces, pero al menos los primates son muy adorables mientras lo hacen. La recompensa por el esfuerzo es esa sensación excelente cuando derrotas al Parásito del Crepúsculo Diababa y liberas el Bosque de Farone de la oscuridad.
Twilight Princess fue el juego que me hizo descubrir las guías… y luego dejarlas de lado por pura ambición porque quería superar todo por mí mismo.
En general, cada calabozo completado se siente como un logro verdaderamente grande. No recuerdo un solo jefe que me haya hecho pensar después: «Uf, fue más fácil de lo que esperaba.»
Y nunca cuestionas realmente por qué estás haciendo todo esto. Cada calabozo que completas, cada pelea difícil contra un jefe, se siente como un enorme paso hacia salvar el mundo.
El enfoque para resolver los distintos acertijos se mantiene emocionante durante todo el juego. Cada vez necesitas desarrollar una estrategia nueva gracias a los nuevos objetos y descubrir cómo pueden usarse en cada situación.
Y cuando por fin terminas de perseguir todos los insectos sombríos y has liberado con éxito a los Espíritus de la Luz, el juego está lejos de terminar. Para mí, se sintió más como un segundo acto épico. Sin revelar demasiado, vale totalmente la pena continuar.
El viaje del héroe que recuerdas incluso años después
Ningún otro juego de Zelda ha logrado atraparme después de tanto tiempo. Diecinueve años después, todavía recuerdo detalles, y quizá tú también. El ambiente oscuro del juego, sus personajes y la historia que cuenta son, en mis ojos, una obra maestra de la historia del gaming.
Ya seas completamente nuevo en la franquicia de Zelda o un fan de toda la vida, The Legend of Zelda: Twilight Princess es un clásico que deberías jugar para entender lo increíble que es. Con la versión HD lanzada para la Wii U en 2016, puedes jugar con mejores gráficos en una consola un poco más moderna.
La música aún me transporta a esa noche de Navidad cuando Epona galopó por mi televisor por primera vez y el mundo de los videojuegos se abrió ante mí. Para mí, Twilight Princess sigue siendo el mejor juego de Zelda, aunque casi todos los títulos de la franquicia me parecen increíblemente buenos. Twilight Princess simplemente tiene ese encanto especial de misterio y nostalgia, todo envuelto en una historia apasionante.
¿Tú también jugaste Twilight Princess en aquella época? ¿Cuál es tu título favorito de Zelda? ¡No dudes en compartir tus pensamientos con nosotros en los comentarios!
El artículo original fue escrito por Luca Friedrich.