¿Delirio febril o pesadilla? Probablemente ambas cosas.

En el pódcast de Disruptors, se reúnen dos de las figuras más controvertidas de internet en la actualidad: Andrew Tate, un autoproclamado influencer "alfa" actualmente acusado de trata de personas y múltiples cargos de violación, y Bonnie Blue, conocida por sus desafíos sexuales extremos, especialmente por haber tenido relaciones con 1000 hombres en 24 horas.
Andrew Tate: Misoginia, supremacía masculina y cargos criminales
Andrew Tate no solo es conocido por sus opiniones misóginas. También enfrenta cargos penales graves. En Rumanía, está siendo juzgado por trata de personas, explotación sexual y múltiples casos de violación. En el Reino Unido, también está acusado de violación y agresión física.
Aun así —o quizás por eso mismo— sigue presentándose como un modelo a seguir para jóvenes que lo ven como un símbolo de poder y control. Según Tate, el problema no es la violencia, sino el feminismo y lo que él llama el estilo de vida occidental, donde las mujeres son demasiado independientes. Promueve una dinámica de género tradicional en la que el hombre tiene control total y la mujer debe someterse por completo. Rechaza cualquier forma de independencia femenina, ya sea en cuanto a sexualidad, trabajo o simplemente libertad personal. Según él, los hombres deben ser dominantes, fríos, enfocados en el dinero, el estatus, el control y en degradar a las mujeres. Si un hombre muestra empatía, es etiquetado como "perdedor", "beta" o "demasiado occidentalizado".

Bonnie Blue sabe cómo mantener la atención
Bonnie Blue se apoya en estrategias extremas. Se hizo conocida por sus desafíos sexuales, incluyendo el reto en el que tuvo relaciones con 1000 hombres en 24 horas. En el pódcast, entre otras cosas, dijo que “hasta se habría acostado con Hitler para sobrevivir”, una afirmación no solo de mal gusto, sino que banaliza la violencia y tergiversa la historia.
Se presenta como una artista del performance, pero lo que realmente promueve no es empoderamiento. Es autopromoción a costa de la responsabilidad. Se muestra como un objeto sexual al que los hombres pueden acceder libremente. Según ella, así es como deberían vivir las mujeres. El rol femenino queda completamente objetificado y deshumanizado, y la aprobación masculina es lo único que importa.

Dos personas, un objetivo: Atención máxima
A primera vista, Andrew Tate y Bonnie Blue podrían parecer una pareja absurda. Pero su aparición conjunta en el pódcast de Rob Moore tiene un inquietante sentido. Ambos son conocidos por traspasar límites, provocar indignación y usar el impacto como estrategia, siempre y cuando les traiga atención y dinero. Ninguno asume responsabilidad por el efecto que causan. Durante la conversación, Tate elogia a Bonnie Blue diciendo: “Eres el resultado perfecto del feminismo en el mundo. En una sociedad conservadora, gobernada tradicionalmente por hombres, un hombre estaría a cargo de sus hijas hasta entregarlas a sus maridos o novios, pero el feminismo no quería eso.”

Las verdaderas consecuencias
Tate ha sido una figura clave en el crecimiento del movimiento incel, que ha ganado fuerza en los últimos años. Gracias a él, muchos hombres se sienten alentados a difundir públicamente creencias misóginas. Actualmente hay grupos enteros de influencers que promueven estas ideas y llegan a millones de personas.
En la visión de Tate, una mujer debe someterse por completo a un hombre. Se espera que lo sirva, se cubra, no contradiga y siempre esté disponible. El hombre, por su parte, puede hacer lo que quiera, dentro o fuera de la relación. Puede tener múltiples parejas sexuales, mientras que la mujer debe quedarse en casa, cocinar y obedecer. Este tipo de contenido está moldeando a una generación de jóvenes que lo consume constantemente en redes sociales y comienza a ver estas ideas como normales.
Bonnie Blue contribuye a esa misma dinámica, a su manera. Con su forma de presentarse, transmite a las jóvenes que la deshumanización es una forma de validación. Ha hecho afirmaciones no solo problemáticas, sino peligrosas, como decir que una mujer no debería sorprenderse si su novio o esposo le es infiel cuando ella le niega sexo. Según ella, es deber de la mujer estar siempre sexualmente disponible para el hombre. Con esto, normaliza la deshumanización y debilita la idea de autonomía femenina.
Esto es perjudicial para las jóvenes que consumen este tipo de contenido y comienzan a creer que deben definirse por su sexualidad y sumisión. Y es igualmente dañino para los jóvenes que crecen pensando que tienen derecho al control y poder sobre las mujeres.
¿Qué opinas al respecto?
El artículo original fue escrito por Lina Kheir.