Un juguete tan popular que incluso los bancos lo están regalando para atraer clientes...

En un país donde las tasas de interés son bajas y la competencia por los depósitos es feroz, algunos bancos chinos han recurrido a una estrategia sorprendente para atraer ahorradores: muñecos Labubu.
Esta figura peculiar, de ojos grandes y expresión traviesa –creada por el artista hongkonés Kasing Lung y popularizada por el gigante de los juguetes coleccionables Pop Mart– se ha convertido en una de las figuras más codiciadas del floreciente mercado asiático de juguetes de diseño.
Labubu como incentivo bancario
A principios de 2024, el Ping An Bank, con sede en Shenzhen, lanzó una promoción bastante inusual: abre una cuenta, deposita 50.000 yuanes (~6.950 USD / ~6.030 EUR) durante tres meses y recibe un muñeco Labubu.
La campaña fue un éxito viral instantáneo en la red social china RedNote, especialmente entre coleccionistas Millennials y de la Generación Z, quienes vieron en la promoción una oportunidad para conseguir la codiciada figura… mientras ahorraban dinero.
Algunos usuarios incluso confesaron que se registraron solo por el juguete.

Después de todo, en el creciente mercado secundario, las figuras raras de Labubu pueden revenderse por más de 24 veces su precio original, y algunas alcanzan los 3.000 dólares o más en Hong Kong y China continental. Una edición limitada –“Zimomo x Labubu: I Found You”– se vendía originalmente por 164 libras en Reino Unido y posteriormente se revendió por más de 1.000 libras.
El banco logró conectar directamente con una fiebre cultural – y funcionó.
Los reguladores dicen: no más Labubu
Pero la emoción no duró mucho. La Administración Nacional de Regulación Financiera de China intervino rápidamente, anunciando que los bancos no deben ofrecer incentivos no financieros, incluidos juguetes, para atraer depósitos. La respuesta del regulador fue inmediata y contundente: no solo se prohibieron los Labubu en futuras promociones, sino que también se vetaron regalos como arroz, electrodomésticos y suscripciones en línea.
Tan valioso que vale la pena contrabandearlo
El valor explosivo de Labubu no solo ha atraído a coleccionistas, sino también a contrabandistas. En un giro surrealista, funcionarios de aduanas del aeropuerto de Changsha Huanghua interceptaron recientemente un cargamento sospechoso, no de drogas ni armas, sino de peluches.
Según las autoridades, tres pasajeros intentaron contrabandear docenas de muñecos Labubu al país, metidos cuidadosamente en maletas y sin declarar en aduanas.
El valor cultural de Labubu sigue en ascenso.
En la subasta de primavera 2025 de Yongle, una estatua de Labubu de 131 cm en color verde menta se vendió por 1,08 millones de yuanes (aprox. 150.000 USD).

Según la aseguradora de viajes PassportCard, uno de cada tres Millennials o miembros de la Generación Z ha considerado contratar un seguro de viaje para proteger sus figuras Labubu cuando viajan al extranjero.
El panorama general: ¿Cómo terminó un juguete aquí?
Para entender esta estrategia –y la reacción en contra– hay que entender el ascenso meteórico de Labubu.
Las figuras de Labubu se volvieron virales a inicios de 2024 después de que Lisa, de BLACKPINK, mostrara el muñeco como su artículo coleccionable favorito. Poco después, Rihanna fue fotografiada con un llavero de Labubu colgado de su bolso de lujo, lo que ayudó a que el juguete cruzara al mundo de la moda global. Desde entonces, se ha convertido en un accesorio de lujo, agotándose constantemente.

El éxito de Labubu no es casualidad. Se sitúa en la intersección de varias tendencias culturales poderosas: el auge de los juguetes “blind-box”, la economía de coleccionismo, las microtendencias impulsadas por celebridades y el creciente apetito por el diseño con nostalgia.
Al igual que las Sylvanian Families en Japón o las figuras Dunny de Kidrobot, Labubu responde al deseo de una generación por objetos físicos pequeños que tengan valor personal –y ahora también económico.
Un juguete que va más allá de la banca
Aunque la promoción del Ping An Bank fue cancelada, reflejaba una tendencia más grande sobre cómo los íconos culturales están siendo utilizados para generar comportamiento económico real. Los bancos apostaban a que Labubu conectaría con los jóvenes de formas que ni las tasas de interés ni los planes de ahorro logran.
Y resulta que el mercado de peluches le está plantando cara a la banca tradicional...
El artículo original fue escrito por Laura Axtmann.