El exlíder creativo de Bungie afirma que fue despedido injustamente, pero Sony acaba de presentar pruebas que cuentan una historia diferente.

La industria de los videojuegos ha tenido su parte de momentos #MeToo, con acusaciones de conducta inapropiada saliendo a la luz una y otra vez. Una vez más, han surgido denuncias preocupantes, esta vez involucrando a Christopher Barrett, un exdirector de Bungie. Barrett fue despedido en 2024, pero niega cualquier mala conducta y ahora está contraatacando en los tribunales. Sony ha respondido con sus propias acusaciones, avivando aún más la controversia. A medida que el caso se desarrolla, surgen preguntas familiares sobre el poder, la responsabilidad y la cultura laboral en la industria del gaming.
Sony vs. Christopher Barrett
Christopher Barrett, exdirector creativo de Bungie, está demandando al estudio después de ser despedido en 2024 por supuesta conducta inapropiada. Bungie, propiedad de Sony, afirma que Barrett envió mensajes inapropiados a empleadas, lo que justificaría su despido. Sin embargo, Barrett niega las acusaciones y califica la investigación de una farsa. Argumenta que Sony utilizó las denuncias como una excusa para despedirlo.
Según Barrett, su despido fue una estrategia financiera. Estaba por recibir más de $40 millones debido a la adquisición de Bungie por parte de Sony en 2022. Afirma que Sony quería evitar pagarle y manipuló la situación para justificar su salida. Sony, por su parte, ha respondido ahora con pruebas, intensificando la batalla legal. Una idea loca, pero ¿y si Barrett realmente fue inapropiado con sus colegas y Sony quiso evitar pagarle sus acciones? Una cosa no excluye a la otra.
Sony revela los mensajes de Barrett
Sony ha presentado pruebas en su disputa legal contra Christopher Barrett, incluyendo mensajes de texto que supuestamente envió a empleadas de Bungie. En una de las conversaciones, preguntó a una colega si aún estaba en pijama y presionó por detalles, queriendo saber si llevaba una blusa de botones, pantalones deportivos o leggings de Lululemon. En otro mensaje, le dijo a una mujer que era el “Santo Grial” y aseguró que no estaba coqueteando, antes de añadir que lo haría si ella no estuviera en una relación. Otra empleada afirma que Barrett la llamaba repetidamente de noche mientras estaba ebrio, ignorando sus solicitudes de que se detuviera. Sony argumenta que estos mensajes muestran un patrón claro de conducta inapropiada, lo que justificaría su despido.
Barrett, sin embargo, niega todas las acusaciones y califica los argumentos de Sony como engañosos. Su equipo legal sostiene que la compañía está presentando mensajes selectivamente para respaldar su caso mientras oculta el contexto. Mantienen que su despido fue orquestado para evitar pagarle millones tras la adquisición de Bungie por parte de Sony. Barrett insiste en que, cuando se revele toda la evidencia, quedará claro que su despido fue injustificado. A medida que ambas partes continúan la batalla en los tribunales, el caso plantea cuestiones más amplias sobre el poder y la responsabilidad en la industria de los videojuegos.
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El artículo original fue escrito por Leon Degen.