Tuve un recuerdo repentino de un juego que ni siquiera estaba seguro de que realmente existiera. Resulta que sí existe.

Ah, lo recuerdo como si fuera ayer: estaba enfermo, no podía ir a la primaria y pasé el día jugando en la PC de mi papá. Bueno, “jugando” quizá sea exagerar, porque por supuesto terminé jugando la versión en videojuego del clásico de principios de los 2000: ¡Buscando a Nemo!
Pez payaso, infancia y un tiempo de juego sorprendentemente corto: mi regreso al mundo submarino de Disney
Hasta hace poco, ni siquiera estaba seguro de si todo eso realmente había pasado o si solo fue un sueño febril literal. Pero una rápida búsqueda me llevó no solo a la página oficial de Steam del juego, sino también a una guía completa en video, que, en nombre de la integridad periodística, por supuesto vi completa. Y ahí llegó el golpe de realidad: ¿la aventura submarina entera dura apenas menos de 58 minutos? Juraría que pasé días jugándola en su momento, probablemente sin llegar a terminarla. En fin.
En cuanto al contenido, Buscando a Nemo es exactamente lo que esperarías: la trama básica comprimida en un juego súper compacto para un público súper compacto: niños de primaria enfermos dejados frente a la PC familiar un rato demasiado largo. Y siendo justos, el juego está sorprendentemente bien estructurado: después del secuestro de Nemo, puedes alternar libremente entre dos historias: la de Nemo en la pecera del dentista y la de Marlin en el vasto océano. Nemo y los del acuario planean su gran escape, mientras Marlin y Dory siguen una máscara de buceo perdida para descubrir dónde está Nemo. Juegas minijuegos y resuelves acertijos simples en el camino. Naturalmente, todo sale bien al final: Nemo y Marlin se reencuentran, como debe ser.
Pero en los últimos minutos, las cosas se ponen inesperadamente intensas: Dory queda atrapada en una red de pesca y tiene que ser rescatada. Alerta de montaña rusa emocional. Un minijuego bastante anticlimático después, y está libre de nuevo – gracias al cielo. Final feliz conseguido. Aunque siendo honestos, más allá de la escena con Bruce el tiburón –que hace 20 años parecía mucho más aterradora– casi no recuerdo nada. Y ¿la rejugabilidad? Digamos que no es precisamente infinita.
Si aún así quieres intentarlo de nuevo, puedes comprar Buscando a Nemo en Steam por unos nada económicos 9,99 $ (sí, por un juego de hace 20 años que apenas dura una hora). Aunque también podrías simplemente... no hacerlo.
El artículo original fue escrito por Johanna Goebel.