Destacando una tendencia sorprendente en el comentario político en línea dedicado.

Los intentos de reducir la barrera de entrada al contenido produciéndolo intencionadamente de una manera que parezca de baja calidad han persistido desde los inicios de los medios en línea. Ejemplos tempranos de esto incluyen el género YTP en los años 2000 y 2010, donde los videos solían estar sobrecargados con efectos visuales y de sonido para ser lo más irritantes posible.
Aunque estos ejemplos estaban principalmente enfocados en ofrecer entretenimiento, la llegada del contenido en formato corto y el aumento del uso excesivo de las redes sociales en la década de 2020 abrieron nuevas oportunidades de mercado para contenido de baja calidad y fácil producción que incorpora patrones reconocibles (como clips de audio y video recurrentes) para permeabilizar todos los espacios digitales: un fenómeno popularmente conocido como contenido brainrot (ver Yousef et al., 2025 – siempre es curioso cuando los fenómenos en línea llegan a la investigación académica).
Un esquema del Brainrot
Donde hay una tendencia, la adaptación y la parodia no tardan en llegar. Se ha teorizado que la expansión del contenido brainrot en la década de 2020 ha sido impulsada tanto por factores de demanda como de oferta: por ejemplo, una disminución generalizada de la capacidad de atención y un mayor tiempo en redes sociales podrían señalarse como impulsores de la demanda de más videos fáciles de consumir.
En el lado de la oferta, las características de las plataformas sociales diseñadas para hacer que la creación de videos sea atractiva para aficionados, junto con herramientas de edición más accesibles y avances en IA generativa, han abierto las compuertas a un ecosistema en línea donde millones de creadores compiten por la viralidad, lo que, en una mala interpretación de los hallazgos de Charles Darwin, podría llamarse una “supervivencia del más rápido”.
El resultado ha sido una cacofonía de prácticas creativas que “(1) son infantiles o poco serias, (2) no aportan beneficios cognitivos o de desarrollo, y (3) son deliberadamente improductivas” (Owens, 2025). Curiosamente, desde 2022, los mismos principios de diseño del brainrot —cortes acelerados, efectos de sonido fuertes y reconocibles, y clips de video populares— se han aplicado cada vez con más éxito a un género que normalmente busca los efectos opuestos a los descritos por Owens.
Diferentes estilos de documental
Esta tendencia es evidente en el género de los documentales políticos, que normalmente buscan educar a los espectadores sobre las causas y consecuencias de los eventos políticos actuales, incluyendo aspectos como el nivel de vida, la historia política y los problemas culturales. Tradicionalmente, este tipo de producciones intentan parecer lo más profesionales y trabajadas posible para establecer credibilidad ante el público (Canella, 2023).
Dado su enfoque en el testimonio profesional, su duración y la investigación sustancial que requieren, los documentales políticos podrían parecer poco adecuados para adoptar el estilo del contenido brainrot. Sin embargo, YouTubers como Living Ironically in Europe, Gattsu y Geopold han seguido precisamente este enfoque, logrando un éxito creciente a partir de 2022.
En sus videos, que suelen durar entre 15 y 30 minutos, los tres YouTubers analizan eventos históricos, económicos y culturales que actualmente moldean distintos países. En lugar de imitar el profesionalismo pulido típico del género, incorporan efectos de sonido y clips de memes (a menudo acelerados o mostrados con proporciones distorsionadas) en una escala más amplia y deliberada que los videos cortos que popularizaron el estilo, señalando su uso como un recurso estilístico más que como un simple atajo de edición.
Autenticidad ante todo

Al hacerlo, probablemente buscan no solo apelar a las sensibilidades de las audiencias contemporáneas, como la mencionada disminución en la atención, sino también resaltar otro aspecto clave de la comunicación política que ha demostrado ser crucial para generar confianza tanto en los mensajes oficiales (es decir, los impulsados por partidos o candidatos) como en los comentarios independientes: la autenticidad (Luebke, 2020).
Dada su edad relativamente joven, la adaptación que hacen estos creadores del estilo brainrot —propio de su generación— hacia un formato más refinado y no brainrot puede transmitir a los espectadores que sus videos son “artesanales”, y que la falta deliberada de pulido fomenta una sensación de cercanía. Al ver a Living Ironically in Europe, Gattsu o Geopold, rara vez pasa medio minuto sin que aparezca un efecto de sonido reconocible y fuerte, mientras que los visuales suelen combinar material relevante con imágenes y clips de memes.
Otras similitudes entre estos “YouTubers de Documentales Políticos Brainrot” incluyen que los tres son europeos —serbio-húngaro, georgiano y sueco-británico, respectivamente—, publican ocasionalmente contenido adicional como vlogs de viaje o documentales más “serios”, y todos han experimentado un fuerte aumento de audiencia desde 2022.
Parte de tendencias políticas más amplias
Dicho aumento (el “auge” mencionado en el título del artículo) puede haber sido impulsado por los grandes eventos geopolíticos que dominaron el ciclo de noticias, como la invasión rusa de Ucrania en 2022 y la crisis en Medio Oriente después de 2023, sobre los cuales los tres han tomado posiciones claras, alineadas con su estrategia de contenido basada en la autenticidad —particularmente porque estos conflictos han sido deliberadamente mediatizados por figuras políticas, como el caso del ucraniano Zelensky, de quien se ha dicho que “nunca un presidente en funciones dependió tanto de diversas aplicaciones sociales para comunicarse tanto dentro como fuera de su país” (Serafin, 2022).
Queremos destacar que no estamos acusando al trío de tener intenciones maliciosas: ya sea por optimización de audiencia o por preferencia personal, el uso de este estilo ha demostrado ser una forma legítima y ampliamente aceptada (considerando los más de 226 millones de visualizaciones acumuladas por estos canales relativamente jóvenes) de compartir sus perspectivas sobre los eventos políticos en curso.
El estilo ofrece, sin embargo, algunas ventajas claras. Por ejemplo, en su video sobre el mercado laboral balcánico, Living Ironically in Europe transmite su visión sobre las malas condiciones laborales no mediante una larga explicación, sino mostrando una imagen de un contrato de trabajo acompañada del efecto de sonido “Vine Boom”, lo que permite a la audiencia —probablemente familiarizada con ese audio en el contenido brainrot— entender su mensaje de una forma más eficiente y atractiva.
Ahora queremos conocer tu opinión: ¿Crees que este tipo de estilo podría ser perjudicial para el género de los documentales políticos al sacrificar el profesionalismo por la autenticidad? ¿O podría ser una nueva forma de introducir el género a un público más amplio? ¡Cuéntanos en los comentarios!
El artículo original fue escrito por Adrian Gerlach.