Si alguna vez deseaste poder entrar en una película de Studio Ghibli, este juego podría ser lo más cercano a hacerlo realidad.

Para los fans de El viaje de Chihiro, Mi vecino Totoro o El castillo ambulante, existe un tesoro poco conocido dentro del mundo de los videojuegos.
Nos referimos a un videojuego completo desarrollado por Level-5 (creadores de Professor Layton y Dragon Quest) en colaboración con Studio Ghibli.
El juego en cuestión es Ni no Kuni: La ira de la Bruja Blanca. Se lanzó originalmente para PlayStation 3 en 2011 y desde entonces ha sido remasterizado para consolas modernas.
Si estás tan emocionado que necesitas ver un tráiler ahora mismo, puedes hacerlo aquí.
La ira de la Bruja Blanca es una versión significativamente mejorada del juego de Nintendo DS de 2010 Ni no Kuni: Dominion of the Dark Djinn (también creadores de Inazuma Eleven), lanzado originalmente en Japón.
El origen de una colaboración única
La colaboración entre Studio Ghibli y Level-5 nació de una coincidencia afortunada y una gran pasión creativa.
El músico Naoya Fujimaki, quien había trabajado con ambas compañías, presentó al presidente de Level-5, Akihiro Hino, al productor de Ghibli, Toshio Suzuki.
Justo en ese momento, Studio Ghibli acababa de terminar la producción de la película Ponyo, y su equipo de animación no tenía un proyecto cinematográfico activo en la agenda.

Intrigado por la pasión y sinceridad de Hino, Suzuki aceptó el proyecto.
Lo que comenzó como una pequeña idea floreció hasta convertirse en uno de los juegos visualmente más ricos de su generación.
Una película de Ghibli en forma de videojuego
La contribución de Studio Ghibli se centró casi por completo en la dirección de arte y animación del juego. Para aportar un toque cinematográfico, animaron las escenas clave de la historia con su estilo icónico.
Las escenas fueron dibujadas a mano utilizando técnicas tradicionales, y el estudio también proporcionó diseños de personajes, storyboards y dirección cinematográfica.
“Abordamos el juego exactamente de la misma manera en que abordamos una de nuestras películas.”
— Yoshiyuki Momose, director de animación de Ghibli en el proyecto. Contribuyó al diseño y dirigió a los actores durante la captura de movimiento.

Momose admitió que trabajar en el juego llevó a Ghibli a un nuevo territorio creativo. En una entrevista detrás de cámaras, reflexionó sobre cómo el cambio de formato ofrecía nuevas oportunidades a sus técnicas narrativas.
“En algunos casos, creamos personajes que normalmente no haríamos...”

Mientras tanto, Level-5 tuvo la tarea de trasladar el mundo dibujado a mano por Ghibli a un entorno 3D jugable.
Para mantener la coherencia visual, el equipo ajustó las paletas de colores, efectos de sombra y tiempos de animación en el juego para que coincidieran con las escenas cinemáticas.
El sombreado tipo cel shading fue un desafío en particular, y los desarrolladores veían películas de Ghibli constantemente para replicar su estilo visual.

Un mundo completamente Ghibli
La influencia de Studio Ghibli está presente en casi todos los aspectos de Ni no Kuni. Como en muchas de sus películas, el juego ofrece magia, criaturas fantásticas, gatos parlantes y otros elementos únicos del estudio.
Incluso hay un personaje que se parece mucho a Ponyo. Una referencia encantadora si me lo preguntas, y otro personaje que guarda un notable parecido con Howl de El castillo ambulante.

Más allá de eso, el concepto del juego gira en torno al poder de las emociones, algo recurrente en las obras de Ghibli.
La idea de que las personas pierden partes de sí mismas y deben recuperarlas a través de la magia encaja perfectamente con el estilo del estudio.

Una historia sobre amor y pérdida
El juego sigue a Oliver, un niño de 13 años que vive en la tranquila ciudad de Motorville.
Cuando un trágico accidente causa la muerte repentina de su madre, Oliver queda devastado. En medio de su dolor, su peluche de la infancia, un hada llamada Drippy, cobra vida y le revela que proviene de otro mundo amenazado por el malvado hechicero Shadar.
Drippy cree que si Oliver puede salvar a la alma gemela de su madre en el mundo mágico —una gran sabia llamada Alicia— podría traerla de vuelta en el mundo real. Lo que sigue es un viaje épico a través de dos mundos paralelos llenos de peligro y emoción.Aunque la estructura de la historia ya estaba en desarrollo antes de que Ghibli se uniera al proyecto, el estudio participó en la planificación de las escenas clave y contribuyó al peso emocional del final.
Jugabilidad: Un mundo digno de explorarse
Ni no Kuni es un JRPG de acción que rompe con la mecánica tradicional por turnos.
Los jugadores controlan a Oliver y su grupo en combates en tiempo real utilizando armas mágicas y “familiares” —criaturas que pueden capturarse y evolucionar, muy al estilo de los juegos de Pokémon.Cada familiar tiene habilidades y fortalezas únicas, y juegan un papel crucial en el combate.

El juego recompensa el pensamiento estratégico: elegir el familiar adecuado y emparejarlo con el personaje correcto puede marcar la diferencia en la batalla.Fuera del combate, el juego invita a la exploración. Puedes recorrer un gran mundo abierto, explorar mazmorras, visitar ciudades llenas de encanto y resolver acertijos. También puedes regresar a Motorville para descubrir secretos y conectar los dos mundos.

El transporte evoluciona con la historia, permitiendo viajar a pie, en barco y, eventualmente, en dragón. El mundo está lleno de cofres ocultos, misiones secundarias y momentos de descubrimiento que recompensan la curiosidad.
La música: El toque mágico de Hisaishi
El legendario compositor de Ghibli, Joe Hisaishi, escribió la banda sonora original del juego, grabándola con la Orquesta Filarmónica de Tokio. Fue su primera banda sonora completa para un videojuego.
“Sentí que iba a ser un proyecto muy emocionante.”
dijo Hisaishi en un detrás de cámaras.
Hablando sobre el tono de la música, recordó:
“La música debía tener cierta elegancia, inspirada en parte por la música folklórica irlandesa. Algo nostálgico, pero con conexión al futuro.”
Se dice que compuso 21 canciones en solo siete días.

Lo que vino después
Ni no Kuni: La ira de la Bruja Blanca recibió elogios generalizados. La crítica destacó especialmente su dirección artística y sistema de combate innovador.
El juego ganó múltiples premios, incluyendo Mejor RPG y Mejor diseño visual. Sigue siendo uno de los JRPGs más queridos de la década de 2010 y es reconocido por dar vida a la magia de Ghibli.
En 2018, Level-5 lanzó una segunda entrega: Ni no Kuni II: El renacer de un reino, que amplió el mundo y las mecánicas del juego —aunque Studio Ghibli no participó esta vez.
Si bien la secuela mantuvo la estética, muchos fans sintieron que la profundidad emocional y la magia visual del primero siguen siendo inigualables.
Si Ghibli volviera a colaborar en otro videojuego, ¿qué tipo de mundo te gustaría explorar?
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El artículo original fue escrito por Laura Axtmann.